Cocor equipando una de las dos nuevas vías del sector Las Pequeñas, "Hampuy" y "Uchpa". Dos rutones muy continuos de chorreras en un desplome de 30 grados.
Posteo luego existo.
Bueno, me meto.
Empiezo mi vida cyber-social latina.
Tras unos años de silencio viene este
post con unas fotitos. Me había callado por no tener lo suficiente tiempo, por
no tener lo suficiente ganas, por desconfiar un poco de lo que pasa en si-mismo
en esa relación con las redes sociales pero siendo honesto, si bien me había callado,
ni había cerrado los ojos ni había tapado los oídos y seguía consumiendo las
redes sociales igual -¡Aun peor con este teléfono “inteligente” que terminé por
comprar!-
Y no solo no me conformo con volver a echarme a
postear sino me atrevo a escribir en este idioma que todavía no domino para
nada. ¡Que audacia!
Pero, a pesar de mis lagunas, de mis errores y de mi torpeza en español, son momentos que definitivamente vivo en castellano peruano, hasta en mi cabeza.
Así que bueno, vamos, me meto.
Los bautizamos a estos rutones, que sí son rutones,
“Hampuy” (la de la izquierda) y “Uchpa” (la de la derecha), ambas son palabras quechuas cuyos sendos significados no se los voy a revelar para mantener un
poco de misterio ... (si les interesa, resulta muy fácil encontrar sus sentidos en Internet!). Comparten
sus entradas en unos metros con la via
que ya estaba, denominada “el resplandor”. Y queda bastante cosas interesantes
por hacer en este sector y sus alrededores …
Les damos solo unos pegues-test para
comprobar si rendían bien una escalada encantadora como lo pensábamos. Y sí, claro
que encantadoras son. Lúdicas, físicas, originales, estéticas. A la vez,
escondidas en este rincón de este chiquitito barranco y sin embargo con vistas y
perspectivas hacia el pueblo de Pitumarca y su valle. Son difíciles así de como
8a+/b, quizás un poco más, dependerá de la resistencia que requiere el
encadenamiento. A probar más una próxima vez !
Cuerda
estática en Uchpa, la nueva ruta de la derecha.